Eclesiastés 4:9
Mejores son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo
Vocabulario
Ayudar -
tr. Cooperar, colaborar: me ayudó a pintar la casa.
Auxiliar, socorrer: los países ricos tienen programas para ayudar al Tercer Mundo. También prnl.
prnl. Valerse de la ayuda de algo o alguien: se ayudaba con las muletas para andar.
Prójimo - m. y f. Persona desconocida o de reputación dudosa: estás hecho un buen prójimo, tú.
Enemigo
adj. y s. Contrario, opuesto a algo: el bando enemigo.
m. y f. Persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal: al enemigo ni agua.
m. El contrario en la guerra.
ser uno enemigo de algo loc. No gustar de ello: soy enemiga de la hipocresía.
Amigo - Con quien tienes amistad.
Ayudar es una acción que no a todos les gusta hacer. Aunque no lo creamos, hay gente a quienes no les gusta ayudar. Les es una carga ayudar a otros y nosotros los cristianos nos debemos caracterizar por ser serviciales, pero ese servicio debe ser sincero y no haciéndolo como una carga.
A Dios le agrada que nosotros nos ayudemos los unos a los otros, pero a Dios le agrada más, que ayudemos a quienes no están cercanos a nosotros. Es sencillo extenderle la mano a un amigo o a un familiar, pero no es lo mismo cuando Dios te pide que ayudes a esa persona con la cual no logras congeniar.
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Romanos 12:20
Sin embargo, hay otro tipo de persona a quien manda Dios que nosotros les ayudemos, es al prójimo. El prójimo es esa persona a quien no conoces. Por lo tanto, nosotros debemos brindar ayuda sin mirar a quien, sin hacer excepción de personas, pero en este ensayo quiero basarme en la ayuda que nos debemos brindas los unos a los otros como hermanos.
Nosotros somos el cuerpo de Cristo y cuando intentamos hacer las cosas en la iglesia, por nuestra propia cuenta, no funcionan. El trabajo debe ser colectivo, y muchas veces tenemos que hacerlo aunque nos digan "entrometidos".
Aunque la acción es a favor de la otra persona, no hay nada más bonito que sentir la gratificación de saber que ayudaste a alguien que lo necesitaba, pero no debes dudar de que hay una bendición para ti por tu buena obra.
Los Beneficios del trabajo en colectivo
1. Puedes obtener un mejor rendimiento en el trabajo - Cuando la iglesia trabaja unida, trabaja mejor. Hay un mejor resultado en lo que se está haciendo. Cuando a fulano le toca predicar y lo ayuda orando, tenlo por seguro que la predicación puede ser más gloriosa, de lo que pudo haber sido. Cuando ministran al frente y nosotros guardamos comunión es la certeza de que Dios puede manifestarse con más libertad. Cuando alguno de nuestros hermanos está caído, es más fácil levantarse cuando tiene el apoyo de toda la iglesia. ¡Cuándo le decimos al de poca fe, tú puedes hacerlo! le animamos a que siga caminando. Por lo tanto, cuando la iglesia trabaja unida, obtiene mejores resultados y nosotros debemos procurar obtener los mejores resultados siempre, pues en los cielos tenemos a alguien que nos está supervisando, y ve cómo es que nos desempeñamos en nuestra vida como creyentes.
2. Hay una mayor bendición- Al trabajar unidos, obtenemos una mayor bendición. Es por eso que el texto bíblico dice: porque tienen mejor paga de su trabajo. Aquí Dios, no nos tiene un sueldo para pagarnos todo el bien que podamos hacer, pero si nos tiene recompensas a lo largo de nuestra vida que nos devolverán todo el bien que hemos hecho.
3. Ahí habita Dios- La presencia de Dios habita en la unidad; “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt. 18:20).
4. Dios responde a las oraciones de dos en común acuerdo- “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. (Mt. 18:19). Esto no significa que si oro a solas Dios no me escuchará, pero cuando dos personas se unen por una causa, podemos conmover más el corazón de Dios.
3. La satisfacción personal - Mayormente recalcamos en la iglesia que el Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad que se encarga de redargüir al creyente que ha cometido algún error. Cuando hacemos algo mal, en nuestro interior sentimos como el Espíritu Santo se siente triste y contristado, pero cuando actuamos según la voluntad de Dios, también podremos sentir que el Espíritu Santo está feliz por nosotros. Por lo tanto, nosotros debemos procurar en todo momento hacer que el Espíritu Santo se sienta feliz gracias a nuestras acciones.
PEDIR DIRECCIÓN HASTA PARA AYUDAR
Aun a la hora de ofrecer ayuda a alguien, nosotros debemos tener la sensatez de pedir dirección al Señor. Nuestros ojos carnales pueden equivocarse constantemente, pero el Señor siempre está disponible para revelar quien realmente es el que necesita la ayuda.
Es necesario esto, pues hay algunos que les gusta aprovecharse de la gente bondadosa y piden ayuda cuando realmente no la necesitan. Hay gente que son parásitos, que les gusta recostarse en otros. Nosotros debemos tener una alerta, porque este tipo de personas aparecerán en nuestra vida en todo momento. No por esto, debemos dejar que nuestro amor se enfríe, sino aprender a pedir dirección a Dios.
Tomemos en cuenta siempre que ayudar no es hacerle el trabajo al otro. Es cierto que nosotros debemos ser bondadosos y mansos pero tampoco tenemos que dejarnos tratar como mensos para honrar el nombre de Cristo.
AUXILO EN EL TIEMPO MALO Y EN EL TIEMPO BUENO
Como buenos hermanos en Cristo y compañeros debemos aprender a permanecer unidos, sea en las buenas o en las malas. Aunque verdaderamente podemos conocer quién es quién a la hora de enfrentar la dificultad. Normalmente, los que no son nuestros verdaderos amigos, en el tiempo malo se apartan y te dejan a solas con el problema.
Como jóvenes cristianos, e hijos de Cristo, debemos aprender que no debemos acobardarnos por el mal suceso que pueda estar pasando nuestro compañero, sino que en lo que nosotros podamos ayudar estar disponibles.
Muchos cuando otros pecan, marginan a la persona haciéndolo a un lado, pero un buen cristiano debe estar lleno de misericordia. La misericordia es el sentimiento que hace a la otra persona accionar en socorrer a aquella que necesita ayuda.
Es normal que nosotros como seres humanos tengamos diferencias, pero nuestras diferencias no pueden ser una excusa para que no podamos vivir en armonía.
!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!
Salmo 133:1
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
Eclesiastés 4:10
Un verdadero cristiano no mira errores, discusiones pasadas a la hora en que nuestro hermano está en la dificultad, pues está consciente que a Dios no le agrada que paguemos mal por mal a otros.
EXCUSAS PARA NO AYUDAR
Algunos se sienten cansados de ayudar, pues muchos han sido mal agradecidos. Aunque es justo que nuestro corazón sienta ese desagrado por las personas que han sido mal agradecidas con nosotros, es un sentimiento que no debemos dejar que nos gobierne.
No debemos privar a la gente que es verdaderamente sincera de la bendición que nosotros podemos otorgar.
TODOS NECESITAMOS AYUDA
Aunque no a todos les guste reconocerlo, todos alguna vez necesitaremos ayuda, sólo que algunas personas son demasiado de orgullosas. para aceptarlo.
Otros son demasiado tímidos en pedirla, pero todos en cualquier momento necesitaremos la ayuda y el apoyo de alguien. Muchos rechazaran tu buena voluntad, y querrán seguir su propio camino sin que nadie los amoneste o les diga que está mal, pero veamos la siguiente parábola:
Lucas 14:23
Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
Hay gente que no desea disfrutar de las bendiciones lindas que tiene Dios para nosotros, pero el Señor en su gran misericordia nos dice: ayúdalos a entrar forzándolos. ¡No quieren entrar, pero fuérzalos para que vean que al final no se van a arrepentir.
HACERLO CON UN CORAZÓN HUMILDE
A la hora de ayudarnos los unos a los otros, debemos ser conmovidos por el amor y la compasión que produce Cristo en nosotros y no por el deseo de ser reconocidos. Cuando hacemos las cosas por ser reconocidos, Dios no se agrada y no recibimos la bendición de acuerdo a nuestro trabajo.
AYUDAR NO ES LO MISMO QUE ALCAHUETEAR
Muchas veces la gente pide ayuda, pero no siempre debemos brindar nuestra ayuda. Algunos tienen el concepto de que ayudarse es apoyarse en todo, aun ayudar esconder lo que está mal. Un verdadero hermano en la fe, no le pasa la mano al pecado, ni te ayuda a que sigas haciendo lo malo, sino que realmente hace lo que verdaderamente es beneficioso para ti.
DIOS RECONOCE QUE EL SER HUMANO NECESITA OTROS SERES HUMANOS
Es por eso que cuando creó el hombre, también le hizo ayuda idónea. Ciertas tribus se ayudaron las unas a las otras para conquistar la tierra que Dios les había prometido en Canaán. Su hermano le ayudó a conquistar la bendición que Dios le había prometido. Podemos ver en estos capítulos que fueron muy pocas aquellas tribus que lograron echar fuera por completo a sus moradores. Sin embargo, estas tribus que sí lo lograron, trabajaron en conjunto y cada uno cooperó para que el otro hermano obtuviera su bendición. (Judá y simeón en Jueces 1)
Quizás si no se hubiesen ayudado, ellos no hubiesen alcanzado la bendición. Por lo tanto, debemos aprender con esto, que nosotros debemos ayudar a los otros a conquistar sus bendiciones a animarlos a luchar.
Podemos ver además en la biblia:
1. los discípulos en la iglesia primitiva iban de dos en dos.
2. Pedro y Juan sanando al enfermo en el tiempo y ante el concilio.
3. Pablo predicando junto a Bernabé.
4. Dios envió a 12 a predicar y luego envió a 70.
CONCLUSIÓN
No hay nada más hermoso en una congregación que permanecer unida en la tempestad. Ver como los jóvenes ayudan a los adultos y los niños se unen. Ningún miembro del cuerpo de Cristo debe sentirse solo, sino que el amor debe ser fomentado entre todos. Que cada uno sienta que al caer, abrá alguien que le extienda su mano. ¡Que triste es ver que un hijo de Dios cae y no hay nadie que lo levante!










0 comentarios:
Publicar un comentario