La muerte de una persona cerca es siempre difícil de enfrentar aun para aquellos que somos hijos de Dios. Sin embargo, lo que más que le preocupa a un cristiano es el saber, a dónde partió ese ser querido.
Conocemos que existe algo que se llama cielo, pero que también hay un infierno para aquellos que no cumplieron con los requisitos establecidos por Dios.
El tema de hoy es: el suicidio y la salvación.
¿Podrá tener alguien salvación luego de haberse suicidado? Hay que establecer algo claro, no existe el tal purgatorio ni el limbo, donde esperas para ver si Dios se compadece de ti luego de haber tenido una mala vida.
Por lo tanto, al morir,
está establecido que aquellos que son salvos, dormirán hasta que suene la trompeta y ellos serán levantados,
para que luego los que quedan en la tierra sean levantados posteriormente.
Los que no vivieron según
el Espíritu, para ellos hay una condenación eterna, excepto para quienes se
arrepienten. Este es el punto clave, el
arrepentimiento. Es necesario el arrepentimiento de pecados para obtener el
perdón y la salvación de parte de Dios. El Suicidio el cual significa
auto-asesinarse, no le da a las personas el privilegio de arrepentirse, por
tanto es imposible que un suicida se pueda salvar.
El arrepentimiento de
pecados se hace en vida y no en muerte. Luego de la muerte ya no hay
posibilidades de arrepentimiento.
Recordemos la historia del rico y el lázaro en Lucas 16:19 en adelante.
Donde al rico se le fue dicho, que entre el hades y el paraíso había una
barrera que nadie podía cruzar. Lázaro sufrió penas en vida y fue recompensado en su muerte. En cambio el
rico disfrutó de todos los placeres del mundo, pero al no vivir conforme a Dios
fue excluido de ser partícipe del paraíso.
24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre
Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su
dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero
Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro
también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
26
Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de
manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá
pasar acá.
Aunque conocemos perfectamente que
sólo Dios tiene la autoridad para condenar, esta autoridad no puede sobrepasar
ni contradecir lo que dice su palabra. La cual declara que los asesinos no
tienen parte en el Reino de los cielos (ya que suicidarse es auto-asesinarse) y que sólo Dios tiene la autoridad de dar y
quitar la vida.
1 Samuel 2: 6 Jehová
mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir.










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